1. Un conjunto de síndromes
El COVID persistente parece ser un conjunto de varios síndromes que incluso pueden superponerse en un mismo paciente.
2. Imagenología multiorgánica
En pacientes con COVID persistente, no solo se ven afectados los pulmones. La imagenología multiorgánica puede desempeñar un papel crucial en la identificación de cambios en todo el cuerpo.
3. Enfoques multidisciplinarios integrados
El impacto sistémico de la COVID-19 nos obligará a desarrollar enfoques integrados si queremos desarrollar estrategias eficaces de diagnóstico y tratamiento para pacientes con COVID persistente. Es posible que las lecciones aprendidas sirvan de ejemplo para extender dichos enfoques integrados a otras afecciones, con el fin de seguir avanzando en los modelos de atención centrados en el paciente.
4. Traducción a soluciones prácticas
Dado el elevado número de personas afectadas y un sistema sanitario ya sometido a una enorme presión, nuestro creciente conocimiento sobre la COVID persistente debe traducirse en soluciones accesibles y fáciles de usar como parte de las estrategias de diagnóstico de primera línea.
5. Colaboración
La pandemia nos ha demostrado la rapidez con que pueden iniciarse iniciativas de colaboración a escala global. Asimismo, se ha puesto de manifiesto la importancia de la colaboración entre la industria, la academia, los profesionales sanitarios y los gobiernos. Las tecnologías innovadoras, como la
IA y el análisis de datos, tienen un gran potencial, pero no serán suficientes si se desarrollan sin comprender los flujos de trabajo y las presiones clínicas diarias, ni cómo debe configurarse la interacción digital/humana. En definitiva, solo trabajando juntos podremos hacer realidad soluciones clínicamente eficaces.
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