Resonancia Magnética en la vigilancia de la salud deportiva
El cribado cardíaco para la vigilancia proactiva de la salud es una prioridad para todas las organizaciones deportivas. Esto no solo sirve para identificar anomalías no detectadas que podrían poner en riesgo la vida y la salud, sino también para monitorizar la aparición de enfermedades coronarias a medida que los jugadores envejecen. De hecho, desde equipos juveniles hasta futbolistas profesionales veteranos, cualquier persona que realice entrenamientos intensos y partidos competitivos debe someterse a un perfil cardiológico cada dos años1.
La herramienta de imagen que se ha utilizado tradicionalmente es la ecocardiografía ultrasónica, que examina la estructura del corazón en reposo y durante el ejercicio de esfuerzo. Ahora, y cada vez más, la estructura y la funcionalidad del corazón se examinan mediante la resonancia magnética de última generación.
Por ejemplo, los nuevos avances han acelerado el tiempo de exploración para la resonancia magnética cardíaca, ya que se requieren menos apneas para obtener imágenes mucho más detalladas y ricas que ofrecen un nivel superior de cribado y perfilado de las presentaciones más sutiles de la anatomía cardíaca.
La resonancia magnética (RM) también es una excelente herramienta para el diagnóstico y el seguimiento de la encefalopatía traumática crónica (ETC), resultado de traumatismos craneoencefálicos por golpes repetidos en la cabeza y episodios repetidos de conmoción cerebral, que en el fútbol americano puede deberse al contacto con el jugador o al cabecear el balón. Es un tema candente en todos los deportes de contacto, como el boxeo, el rugby y las artes marciales, y surge de una investigación de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), que utiliza la RM como opción para explorar la ETC sin ninguna implicación en la dosis para los pacientes2.